lunes, 3 de marzo de 2008

Sin Aliento

Sin sentido me obligo a respirar este aire frío que a bocanadas entra en mi cuerpo y me ahoga y destroza las entrañas de este ser desconocido...

He velado noche tras noche y he rezado mi oración nocturna dedicada a la luna y los dioses de la oscuridad, que aguardan silenciosos en su pedestal.

A lo lejos una sombra camina solitaria, con una lagrima que corre el maquillaje obtenido en el largo viaje hasta aquí, observando los cuerpos que yacen tendidos...

Su piel delicada se ensucia con el hedor de la muerte y su aliento se corta con un llanto profundo de sentimientos sosegados por la ilusión...

¿Quien eres tu? Oh dama desconocida, que me observa a lo lejos con un semblante lleno de tristeza y una sonrisa empapada en hiel de amargo sabor.

Mis piernas no responden a mi llamado, mas sin embargo me obligo a ponerme en pie. Desafiante, con mi peso apoyado en la madre naturaleza...

Mis dedos destrozados se aferran a la corteza superficial, tiñendo de un rojo escarlata el suelo a mi paso, intento gritar, mas mi grito se ahoga en mi interior.

¿Que es aquello que me impide hablar? mi pecho repleto de sangre se hunde lentamente en un letargo de agonías, víctima de viejas heridas.

Espera un momento, dime si eres tu quien me llevará a ese reino de paz, dime tu a que sabe ese veneno de cristal que me espera en tu boca...

Espera tan solo un momento, ahora no tengo miedo a morir, si tus ojos son mi luz y tu voz mi viento, toma mi manos, ayúdame a caminar, no me niegues tu calor.

Déjame morir en tu pecho, respirar de tu aliento... Ya he soltado mi espada en el campo de batalla. Acaricia mi rostro lleno de sudor, cobija mis ojos cansados...