jueves, 28 de junio de 2007

Duerme Ahora

El fuerte olor del incienso me llena el pensamiento,
Y el llanto de la muchedumbre por doquier perturba
Mis oídos. No comprendo lo que pasa
¿O es que me niego a hacerlo?
Mientras tanto te veo ahí tendida con tus manos
Recargadas en el vientre vacío, sobre un lecho
De rosas que crecieron para ti, para verte sonreír.
Me acerco a tu lado lentamente, temo arrancarte
De tus sueños con mí agitada respiración.
Te beso en la frente y después en los labios,
Como el príncipe campeador a su princesa al
Volver de largas batallas en el extranjero.
Aun contengo mi respiración.
Una lágrima de alegría corre por mi mejilla
Y se desprende del filo de mi cara para
Acariciar la tuya, esa lagrima se congela en
Su corto recorrido.
Acaricio tus manos frías y un suspiro brota
De mi pecho al sentir el tacto de mi bella amada.
La pesada puerta de madera que encierra nuestra
Privacidad impide a las miradas curiosas ver nuestro amor.
Estamos solos al fin, sin el bullicio exterior de las
Multitudes hipócritas y aun así no me hablas,
Continúas en tu letargo soñoliento, no abres tus ojos
Para mirarme y darte cuenta que estoy a tu lado,
Que he cumplido mi promesa de no dejarte nunca.
Las cuerdas de mi garganta vibran con fuerza para formar un:
“Je vous aime” directamente a tu oído.
Continúas ahí postrada en nuestro lecho nupcial.
¡Mírame!!!
Maldigo infestado de celos a los ángeles y arcángeles y
Así mismo a su creador por no dejarte mirarme y
Devolverme un beso prohibido.
¡Eres mía y no de ellos!!!
Y ni siquiera te permiten acariciarme, que infamia.
Hay aun tantas cosas que deseo decirte, mas no me escuchas.
Mis dedos se deslizan sobre tus montañas maternas
Y mi cuerpo se posa sobre el tuyo, lleno tus labios
Con un beso robado y no compartido.
Te despejo de tus inmaculadas vestiduras y me adentro
En tu ser, tus paredes heladas lastiman mi piel, me hacen sangrar.
¡No me importa!!! Eres mía y yo de ti.
La sustancia blanquecina vital se desparrama por doquier
Y sus células mueren en tu interior, mientras yo vuelvo
A besarte sin recibir nada a cambio.
Me alejo lentamente de tu cuerpo dándome cuenta de que
No volverás, tu cuerpo inerte no contiene tu alma
Y el corazón dentro de tu pecho no palpita.
Yo digo Adiós, sin recibir una contestación
Al amor que te profeso.
Celoso estoy tan solo de pensar en esos gusanos
Inmundos que roerán tu piel y borrarán los besos
Que dibujé en ti ¡No lo permitiré!!!
¡Eres mía y no de él!!! Yo te reclamo.
No te entregaré a la inmunda tierra que te absorberá
Y con eso perderte para siempre.
En caso contrario seré yo quien absorba tu ser,
Mis dientes quienes desgarren tu carne y arranquen tu piel.
Dentro de mi cuerpo estarás hasta el día en que pueda
Seguir el mismo camino que hoy, has emprendido tú.
Duerme ahora, amada mía, yo te protegeré,
Porque eres mía y no de él.

Perversidad

La perversidad es la mas bella de todas las virtudes...