martes, 17 de junio de 2008

La Mujer Dormida (Una Raza Maldita IV)

Ve, amor... a donde la gloria te aguarda
con sus brazos forrados de oro solo para ti,
que para esto haz nacido y para esto morirás.
Yo... aguardaré tu regreso, fiel a tu memoria,
con lágrimas perdidas en mi interior que
no saldrán nunca a tocar el aire que respiras
y jamás ahogaran tus ganas de luchar.
Ve hacia donde tus sueños nacen y se
hacen materiales frente a ti, mientras yo
me cubro con un manto de blanco color
y frío cobijo.
En mi vientre esperará ansioso, el momento
de dar a luz a una nueva espiritualidad,
tu hijo de piel canela y con su sangre hirviendo,
impaciente por ver la luz del nuevo amanecer.
Yo esperaré aquí dormida, cobijada por las estrellas
del cielo, a que me despierte el calor de tu dulce
aliento.

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