lunes, 6 de agosto de 2007

Primera Carta del Angel Oscuro

"Este es una pequeño fragmento del cuento que aun estoy escribiendo y pretendo imprimir. Espero que os guste a todos, si les interesa leer el cuento completo, no duden en pedirmelo, solo a cambio pido una critica sincera. Gracias!!!"

Es difícil comenzar a escribir… sobre todo cuando haz vivido miles de años y nunca lo habías hecho antes. Pensé que las palabras simplemente fluirían desde mi mente a través de mis dedos y convertirían la tinta sin forma en palabras escritas con un sentido propio. Cientos de dibujos que al unirse se convierten en los sentimientos mas íntimos de mi memoria, en los pesares mas amargos que nacen en mi interior. Mis dedos tiemblan, junto con la llama de la vela que ilumina este escritorio improvisado, en las profundidades de esta tumba húmeda, la cual se ha convertido en mi hogar.
Creí que la soledad sería mi única compañera durante mi eternidad, pero he encontrado mi propia mente, plasmada en este trozo de papel, ahora podré hablar conmigo mismo cada vez que lea de nuevo lo que escriba aquí.
Que amargo placer.
Quizá también estas palabras serán una conversación que escuchará alguien si llego a perder alguna de mis cartas y alguien más la encuentra. No lo se, ni siquiera se porque escribo. Soy nuevo para este arte y no se hacerlo adecuadamente. Mi instructor fue una pequeña niña de diez años, crecida en una familia de adinerados comerciantes y fabricantes de vino, el mejor de la región. Amy, mi pequeña y dulce Amy.
Me llenó de ternura al primer instante que observé sus ojos azules. Fue para mí más que una simple niña, lo fue todo en el tiempo que estuvo a mi lado… pero como todos los que tienen la desdicha de acercarse a mí, tuvo un fin temprano y horrible. Sufrió la peor de las muertes para una flor que apenas miraba los rayos del sol.
Al final, fue un intercambio justo.
Le entregué la compañía y el amor que nunca sintió después de la muerte de su madre y su abuela, le protegí de todo mal hasta donde pude y le hice sentir un amor prematuro antes de su fatídico final. Aun me siento culpable por no haberle rescatado a tiempo de aquellos crueles y miserables rufianes. Ella simplemente me sacó de esta tumba, me enseño lo que ella sabia del mundo moderno y me hizo sentir humano por primera y única vez en mi existencia.
Una lágrima ha paseado por mi mejilla al recordarla. Quizá no sea momento de hablar de eso aun…
Quisiera que esta carta, al ser mi primer escrito y en honor a su inocente memoria no contenga palabras terroríficas que describan aquella tragedia.
Las letras escritas por mi mano se ven corrompidas por mi pulso tembloroso. La noche esta avanzada ya, aun escucho los pasos de los cascos de los caballos arrastrando esos pesados carruajes fúnebres. El llanto de las viudas y de los huérfanos que sufren la pérdida de sus seres queridos se filtra a través de las paredes de piedra de esta tumba.
He contemplado una vez más el juego de plumas y los frascos de tinta que mí adorada Amy me obsequió semanas antes de su deceso. Le dije que me seria imposible aprender a escribir igual que ella, pero insistió, así que tuve que conservarlas, con el pensamiento tonto de que tenía una larga vida por delante y que nunca dejaría de verla.
Así es el verdadero mundo mortal, cuando menos lo esperas la vida se te esfuma de las manos, sin saber si lo que hiciste estuvo bien. Aun que la única manera en que yo puedo saberlo es como siempre lo he sentido, viendo como todos a mi alrededor mueren y me dejan solo de nuevo.
Yo soy inmortal, nunca moriré por las inclemencias del tiempo o por alguna enfermedad. Soy un ángel atrapado en un cuerpo material, mis alas oscuras han sido un estorbo tanto ahora, como lo fueron en el pasado, cuando eran temidas por la corte celestial. No conozco a Dios ni he escuchado su voz. Estuve en los jardines de edén una vez sin saber que jamás volvería a ese hermoso lugar.
Siento frío, las ropas que ahora visto están húmedas y roídas. El largo saco negro y la capa se encuentran colgados en la pared detrás, junto a la verja de metal oxidada. Mi camisa blanca ha perdido su brillo. Mi cabello largo está amarrado por un suave listón de seda negra, ha permanecido ahí desde la última vez que ella lo colocó. Se molestaba al ver mi cabello desaliñado.
No recuerdo detalles de aquellos días pasados, en los que caminaba sobre la faz de la tierra, portando una armadura y una espada. En mi memoria solo hay vagos recuerdos de un amor y una traición. El mundo de los hombres ha nublado mi mente, el vino y el opio me anestesiaron cuando lo necesité, el calor del cuerpo de las mujeres me extasió tanto que olvide mi verdadero origen. No puedo volar más, no puedo blandir mi espada.
Soy un ángel perdido, quizás olvidado.
Mis hermanos ya no están, murieron durante la guerra. Yo los maté a todos y pagué el precio por tal acción, ahora lo se. He cometido tantos errores como mi propio padre. Aun queda el eco de un rostro en mi mente, o quizá solo son alucinaciones, me parece imposible que así sea, pues ella viene cada noche y resguarda mis sueños. Me abraza y canta para mi en la oscuridad. Astrid, si, ese es su nombre. Es como un hada celta que me cuenta historias fantásticas.
Yo la asesiné también.
Me traicionó, clavó un puñal en medio de mi espalda y me entregó a mi peor enemigo, así fue como perdí la guerra apocalíptica que comencé. Pero luego, por alguna razón volví de la tierra de los muertos a cobrar mi venganza. Murió tranquilamente entre mis brazos mientras me decía cuanto me amaba después de todo, antes de apuñalarla… la besé con el alma en los labios.
Ahora que lo pienso, esa aventura tuvo frutos, soy padre. Mi hijo me odia, tanto que intentó matarme en varias ocasiones, antes de saber quien era yo, pero aun así es tan igual a mí que volverá a intentarlo pues no dejará impune la muerte de su madre.
Ahora me río de mi estupidez. No se donde están, no se donde esta nada. Me he confinado a permanecer en este lugar para siempre, abrazando a mi soledad.
Hay mucho ruido allá afuera…
Seguramente vendrán a enterrar otro cadáver putrefacto.
He perdido la paciencia, el llanto de las personas afuera me desconcentra, no consigo adentrarme en mis recuerdos. Me detendré por esta noche. Visitaré a esas pobres almas en pena y me alimentaré de su dolor. Pero más aun… soñaré con ella, con mi pequeña Amy, donde quiera que estés, lo siento tanto.
Esta noche derramare otra lágrima para ti.

1 comentario:

Mortiana dijo...

Excelente nada puedo decir mas me ha encantado esta hermosa obra tuya muy bien sigue asi