Desde El Mas Alla

Poema del Ángel Oscuro, del momento en que asesina a Astrid

El dulce murmullo de tu voz me atrapa,
lentamente caigo en tus brazos, como
un niño pequeño aterrado por un mal sueño.
Siento el latir de tu corazón, retumbando
en tu pecho, mis pupilas hambrientas de ti
se pierden en mis párpados, escondiendo
la muerte que hay en ellas.
Mis manos te rodean, te aman... temen
que te vuelvas a alejar de ellas, mis dedos
reclaman tu piel, esa adictiva sensación
que me encadena y me invita a recorrer
mil y un caminos en tu espalda.
Lloré por ti en el infierno al que me condenaste,
y después de escapar, vuelvo a ti como
un animal domesticado a su amo. Mis labios
no sonríen, pero mi alma se llena de un fulgor
parecido al brillo de las estrellas.
Te escuché cantar, y no quise interrumpirte,
me sentí como un marinero perdido en alta mar
siendo guiado por las sirenas hacia una trampa
mortal... La última quizás, pero con dicha hasta el final.
El aroma de tu piel me hace recordar, tantas noches
empapados de placer, tantas sonrisas traviesas
y una amarga traición.
¿Podremos vivir con ello? podría ser, pero tendrás
que esperar a otra vida, a otro tiempo, a otro lugar.
No llores más, deja que tu cuerpo se entregue
a los brazos de la muerte, te acompañare hasta
las puertas del paraíso y te daré un ultimo beso
con la promesa de que nos volveremos a ver.
Duerme tranquila, descansa en paz, que pronto
estaremos juntos y nadie nos separara.
“Cuidaré de ti, desde el mas allá”